eran las 11:45, hacía un calor que si se te salía la planta del pie de la chancla te quemaba de tal manera que te hacía marca, estaba visitando varios centros de niños en Turkana, llegamos a una donde había unos 150 niños, había una siembra de platos de comida, todos bien colocados, frijoles con arroz, como cada día, ya verlo te pone los pelos de punta, te parece que estas viendo un documental de algo que pasó, pero era Julio del 2011
él era uno de los 150 niños que estaban sentados en el terrado para no morir de insolación, me clavó la mirada cuando me puse enfrente para hacerle una foto, sus ojos me daban tantos mensajes que no era capaz de retenerlos en mi cabeza, no retiraba su mirada de mí, me maree un poco y me senté delante de él, solo sentía una cosa verguenza, ni siquiera tenía calor, solo verguenza, y retiré la mirada, no podía mirar a ese niño que se ahogaba por comer rápido, cuando acabó de comer se levantó, se puso a mi lado se puso en cunclillas y me cogió la cara con sus manos, creo que él sabía lo que estaba sintiendo y me consoló, fué una lección de vida de un niño de 5 años, unas de las cosas más bonitas que he vivido en mi vida.