Llegue al colegio, estaban en el patio jugando, hacia fresco porque había mucha humedad por la lluvia, el profesor les llamó a todos para que acudieran hacisa donde estaba yo. Le pidió a un niño que escribiera los números y las letras…….el niño escribia, acabó los números, seguidos, juntitos y muy bien hechos.
Después continuo con las letras y escribió el abecedario de carrerilla, muy bien hechas y muy ordenadas, terminó y subió su mirada buscando mis ojos, el resto de niños le aplaudian, él se sintió el niño más importante del mundo, lo era, sabía los números y las letras perfectamente y me lo habçia demostrado, al mismo tiempo que el resto de niños le miraban.
No tenía premio para darle, solo llevaba la cámara de fotos porque el colegio estaba dentro de la misión y no llevaba nada encima. me sentí mal, no podía recompensarle, luego pensé que para él su mejor recompensa, lo que nunca esperaría tener es tener las fotos escribiendo en el suelo lo que sabe, en Noviembre un misionero se las llevará al colegio junto con otras muchas …….